Signos y síntomas de deshidratación inminente

Prof. Ryszard Gellert, catedrático de Medicina, Departamento de Nefrología del Centro Médico de Posgrado en Medicina y Planta IV de Medicina Interna del Hospital Bielanski, Varsovia (Polonia).

El término deshidratación indica una carencia en cuanto al volumen total de agua corporal, que se define mejor por la presencia de hipovolemia (disminución del volumen sanguíneo) y de una reducción del peso corporal (PC). La variación diaria del contenido de agua en los individuos sanos y activos es igual a las variaciones del contenido de soluto, es asintomática y no sobrepasa el 1 % del peso corporal (PC)1. La deshidratación puede ser leve (del 1 % al 3 % del PC en adultos y en niños de >10 kg de peso, y del 5 % del PC en niños de 10 % del PC). Cada estadio de deshidratación se caracteriza por la presencia de un conjunto de signos y síntomas y por el alcance de las anomalías analíticas.

La sed es sin duda el síntoma más conocido de la deshidratación y aparece cuando la pérdida de líquido supera el 1 % del peso corporal y se ha desarrollado hipovolemia. Sin embargo, no aumenta significativamente a medida que avanza la deshidratación por lo que resulta ser un mal indicador cualitativo de la deshidratación.

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La sed que aparece por deshidratación continua viene precedida de la eliminación de orina de color amarillo oscuro y en cantidad escasa, que en los momentos iniciales pasa desapercibida. Cuando la deshidratación equivale a menos del 0,5 % del PC puede observarse una disminución del flujo urinario y salival. Los indicadores útiles del grado de deshidratación fisiológica son el flujo urinario (de 30 ml/h a 100 ml/h), el color, la densidad (1,01 g/l a 1,03 g/l), la osmolalidad y la conductividad de la orina.2,3 No obstante, con una deshidratación en torno al 1,0 % del PC, la concentración urinaria alcanza un valor máximo; por esa razón, las características de la orina no permiten cuantificar la deshidratación.

La deshidratación leve se percibe como una situación desagradable y afecta de forma desfavorable al estado de ánimo y a las funciones de control motor y cognitivo. Con una reducción del peso corporal de apenas el 1 % al 3 % se han referido cansancio injustificado, dolor de cabeza, dolor de garganta, así como disminución de la atención y de la memoria a corto plazo.4 Los signos físicos indicativos de la deshidratación leve son una ligera sequedad de la mucosa oral y de la lengua, sequedad cutánea pero con turgencia normal (signo del pliegue cutáneo) y aceleración del pulso en bipedestación respecto a la posición en decúbito supino (aumento igual o superior a 15 lpm). Hasta que la deshidratación no alcanza el 4 % del PC, no se observan variaciones en la presión arterial o en la frecuencia cardíaca en decúbito supino.5 También puede prolongarse el tiempo de llenado arteriolar, si bien no sobrepasa los 2s.

El aumento del hematocrito y de las concentraciones de la albúmina plasmática y de hemoglobina hace pensar en una deshidratación leve. No obstante, solo se considera apropiado como indicador estable de deshidratación un valor de osmolalidad plasmática (Posm) de 301 ± 5 mmol/kg. Para la evaluación dinámica de la evolución de la deshidratación, se consideran estadísticamente válidas (con un nivel de probabilidad del 95 %) las variaciones de 9 mmol/kg de H2O en la osmolalidad del plasma y de 0,010 en la densidad de la orina, así como una disminución del 2,5 % en la masa corporal.6

En resumen, los mejores indicadores de un estado de hidratación normal son las variaciones netas del peso corporal inferiores al 0,5 %, la coloración amarillenta de la orina y la ausencia de sed.

BIBLIOGRAFÍA:

(1) Cheuvront SN et al. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 2004, 14: 532-40.
(2) Shirreffs SM et al. Med. Sci. Sports Exerc. 1998, 30: 1598–1602.
(3) Casa DJ et al. J Athl Train. 2000. 35: 212–224.
(4) Panel on Dietary Reference Intakes for Electrolytes and Water. Standing Committee on the Scientific Evaluation of Dietary Reference Intakes.Food and Nutrition Board. Dietary Reference Intakes for Water, Potassium, Sodium, Chloride, and Sulfate. The National Academies Press
Washington, D.C., 2005, p. 73-185.
(5) E. F. Adolph , Physiology Of Man In The Desert., Interscience Publishers, Inc., New York, London., 1947.
(6) Cheuvront SN at al. Am J Clin Nutr.  2010, 92: 565-73.