Las personas mayores presentan un mayor riesgo de padecer deshidratación por pérdida de agua, que suele deberse a la ingesta insuficiente de líquidos. Esto puede traducirse en efectos negativos para la salud como incapacidad e incluso la muerte.
Las personas mayores presentan un mayor riesgo de padecer deshidratación por pérdida de agua, que suele deberse a la ingesta insuficiente de líquidos. Esto puede traducirse en efectos negativos para la salud como incapacidad e incluso la muerte.