La sed nos dice que necesitamos beber, pero podemos decidir no hacerlo. De la misma manera, podemos beber sin sed, como cuando nos invitan a una bebida en una reunión social en la que rechazar dicha invitación podría ser una ofensa. Sin embargo, hay ocasiones en las que los procesos reguladores pueden fallar, lo que ocasiona trastornos graves de la hemostasia hídrica.

La sobrehidratación puede ser crónica, y en este caso suele ser leve, o puede ser aguda, siendo entonces grave. La sobrehidratación crónica leve en personas por lo demás sanas no suele considerarse nociva y solo implica tener que ir al baño con frecuencia. No obstante, existen nuevos datos que sugieren que este estado podría no ser completamente benigno.

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