Rincón del profesional sanitario
Variedad y diversidad de alimentos y bebidas
Prof. Lluís Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España).
La ingesta de una gran variedad de alimentos es fundamental para cubrir las necesidades nutricionales y, en general, guarda relación con una mejor nutrición. Además, si se asegura la variedad en la alimentación también se contribuye a los aspectos fisiológicos de la ingesta puesto que aumenta el placer de hacerlo de esta forma (Nickaus, 2008). Pero, ¿debería existir un límite para la cantidad de opciones y es siempre conveniente disponer de más alternativas? Por lo general, la variedad aboca a un mayor consumo, tanto de alimentos como de bebidas (Hutchinson, 2003); no obstante, se dispone de pocos datos sobre hasta qué punto demasiada variedad estimula en exceso la ingesta y la bebida. Un aumento de la variedad en el aporte de alimentos puede contribuir al desarrollo y el mantenimiento de la obesidad, en particular en los niños y los adultos jóvenes (Raynor y Epstein, 2001). Por otra parte, en las personas mayores, una disminución de la variedad en la dieta puede aumentar el riesgo de adelgazamiento.
¿Es bueno o malo beber una gran variedad de bebidas? La respuesta dependerá de cómo se defina el concepto de variedad y de la variable que se pretenda evaluar (Kennedy, 2004).
La hidratación constituye un aspecto importante de la nutrición pero es posible que los conceptos que se aplican a la variedad y la diversidad de alimentos no sean útiles para la hidratación y las guías de ingesta de líquidos. En los seres humanos, el agua corriente debe ser la principal fuente de líquido pero se ha demostrado que la gran variedad de colores y sabores que brindan otras bebidas aumentan de forma clara la ingesta de líquidos y mejoran el estado de hidratación, en particular en los ancianos (Ferry, 2005). Además, es posible que este hecho contribuya a aumentar la ingesta de micronutrientes, aunque también podría dar lugar a un mayor consumo de azúcares y calorías procedentes de estos líquidos. Parece claro que necesitamos un equilibrio entre el gasto y la ingesta de agua y de energía y los profesionales sanitarios deben saber gestionar este novedoso ámbito de fomento de la salud.
Bibliografía:
• Ferry M. Strategies for ensuring good hydration in the elderly. Nutr Rev. 2005;63(6): S22-9
• Hutchinson JMC. Is more choice always desirable? Evidence and arguments from leks, food selection, and environmental enrichment. Biol Resv 2005;80:73-92.
• Kennedy E. Dietary diversity, diet quality, and Body weight regulation. Nutr Rev 2004;62(7):S78-S81.• Nicklaus S. Development of food variety in children. Appetite 2009;52:253-255.
• Raynor HA, Epstein LH. Dietary variety, energy regulation, and obesity. Psychol Bull 2001;127(3):325-341.
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